Las creencias, actitudes y comportamientos negativos juegan un papel importante en la perpetuación de los resultados negativos para las personas que luchan contra la adicción.
Aquí hay algunas razones por las cuales pueden ser impulsores persistentes de resultados negativos:
- Políticas y sistemas de atención: Las creencias negativas pueden influir en cómo se crean las políticas relacionadas con la adicción y cómo se brinda atención médica. Si existe un estigma asociado con la adicción, es más probable que se adopten enfoques punitivos en lugar de enfoques basados en la salud. Esto puede resultar en barreras para el acceso a la atención, falta de recursos adecuados y una falta de enfoque en la prevención y el tratamiento efectivo.
- Estigma y vergüenza: Las creencias negativas pueden alimentar estigmas y sentimientos de vergüenza asociados con la adicción. Las personas que luchan contra la adicción a menudo se enfrentan a juicios negativos y son estigmatizadas como personas moralmente deficientes o débiles. Este estigma puede dificultar que las personas busquen ayuda y apoyo, ya que temen ser juzgadas y excluidas.
- Barreras sociales y familiares: Las creencias negativas pueden influir en cómo las personas perciben a quienes luchan contra la adicción, lo que puede llevar a la exclusión social y la pérdida de apoyo familiar. Estas barreras pueden dificultar aún más la recuperación y aumentar los resultados negativos, ya que las personas pueden sentirse aisladas y sin apoyo.
- Autoestigma y desesperanza: Las creencias negativas internalizadas por las personas que luchan contra la adicción pueden llevar a un autoestigma y sentimientos de desesperanza. Si las personas creen que son moralmente deficientes o que no tienen control sobre su adicción, es menos probable que busquen ayuda y se mantengan comprometidas con la recuperación. Esto puede perpetuar un ciclo de resultados negativos y dificultar el abordaje efectivo del trastorno por uso de sustancias.
Estas percepciones afectan y, a menudo, dictan cómo se crean las políticas, cómo se brinda atención médica y cómo las personas perciben el tratamiento. Lo más importante es que estas creencias afianzan profundos sentimientos de exclusión y vergüenza para las personas con un SUD a lo largo de sus vidas, independientemente de su estado de recuperación, alimentando resultados negativos y alimentando un círculo vicioso que hace que el SUD sea mucho más difícil de abordar.
Es importante abordar estas creencias negativas y trabajar hacia una comprensión más empática y basada en la evidencia de la adicción. Esto implica promover políticas y sistemas de atención que enfoquen la adicción como un problema de salud pública, reducir el estigma y la vergüenza asociados y proporcionar un entorno de apoyo para las personas que luchan contra la adicción. Al hacerlo, podemos ayudar a romper el ciclo de resultados negativos y promover la recuperación y el bienestar.