La evolución en nuestra comprensión de la salud mental y las adicciones ha llevado a una reflexión crítica sobre las estrategias de prevención y tratamiento utilizadas en las últimas décadas. La evidencia, destacada por las crisis de opiáceos y epidemias de crack que se han salido de control en los últimos 50 años, sugiere que las tácticas previas no han sido las más efectivas. Las guerras contra las drogas, que en su momento se presentaron como soluciones contundentes, han demostrado ser un fracaso sociopolítico. En lugar de abordar las raíces del problema, estas medidas punitivas han exacerbado las consecuencias sociales y de salud asociadas con la adicción. Este reconocimiento ha llevado a la conclusión de que necesitamos cambiar hacia sistemas más compasivos y científicos que se centren en la prevención y el tratamiento basados en la evidencia. Este cambio no solo es esencial para abordar la actual crisis, sino también para sentar las bases de un enfoque más humano y efectivo en el manejo de la salud mental y las adicciones en el futuro.
Angelo Lagares